Practica. Profundizar en el análisis de la desigualdad en el mercado laboral.

 

El objetivo de este texto es profundizar en el análisis de la desigualdad en el mercado laboral.

En el mercado de trabajo se reproduce una desigualdad que tiene un carácter estructural. La lógica de mercado reproduce la asignación de roles de género tradicional asignando un valor distinto a hombres y mujeres en función del rol primario que socialmente se le ha otorgado a cada uno de ellos.

Hombres y mujeres no cuentan con las mismas oportunidades de acceso y participación y en las mismas condiciones. La diferente posición en el reconocimiento social y en la asunción de labores de cuidado hacen que sean las mujeres las que tengan un menor acceso al empleo.

Realizando una mirada a los datos publicados por INE en la sección de empleo de la estadística Mujeres y Hombres en España podemos sacar las siguientes conclusiones:

• La participación de las mujeres en el mercado laboral es una realidad imparable y creciente, pero todavía hoy la tasa de empleo femenina está lejos de la masculina. El porcentaje de participación es del 55.3% para la población masculina y del 44.8% para las mujeres (EPA 2021). A día de hoy muchas mujeres siguen asumiendo el trabajo doméstico y de cuidados como su actividad principal.

• La característica de complementario del empleo femenino queda también reflejado en la extensión del trabajo a tiempo parcial. Casi una de cada cuatro mujeres empleadas en España (22,4%) tiene un contrato a tiempo parcial, una fórmula que sólo usan un 6.5% de los hombres que están trabajando (EPA 2021).

• La maternidad y paternidad tiene un impacto desigual en el empleo. El hecho de que las mujeres de 25 a 54 años sean percibidas primordialmente como madres y cuidadoras supone un riesgo para su empleabilidad, la cual desciende de forma importante cuando se tiene hijos menores de 12 años (-3.4%). Esta dinámica no se traslada a los hombres cuando se convierten en padres (EPA 2021).

• Concentración de hombres y mujeres es diferente según el sector económico y la ocupación. La mujer suele ocupar trabajos más precarios participando en determinados sectores como sanidad (15.8%), educación (10.7%) o comercio al por menor (16.0%). Los hombres en cambio ocupan la mayoría de los puestos de alta dirección y los trabajos manuales (EPA 2021).

La brecha de género o desigual participación de hombres y mujeres en el empleo se podría reducir mediante:

• Adopción de políticas encaminadas a lograr el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para tanto para mujeres como hombres así como la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor.

• El establecimiento de medidas para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a la esclavitud y trata de personas.

• Proteger los derechos laborales y promover un entorno de trabajo seguro y sin riesgo, en particular para las mujeres migrantes y las personas con empleos precarios.

El impacto desigual de la maternidad y paternidad en empleo se podría corregir mediante:

• El reconocimiento y la valoración de los cuidados y el trabajo doméstico no remunerados mediante servicios públicos, infraestructuras y políticas de protección y, promoviendo la responsabilidad compartida en el hogar y la familia.

• Aprobar leyes aplicables para promover la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas a todos los niveles.

• Eliminar las disparidades de género en la educación y asegurar el acceso igualitario a todos los niveles de la enseñanza y la formación profesional para las personas vulnerables.

• Promoción de una mayor flexibilización en las condiciones de trabajo (trabajo a tiempo parcial y desde el hogar), facilitando una mayor conciliación de la vida familiar y laboral.

La concentración desigual de hombres y mujeres en diferentes sectores de actividad se podría mitigar mediante:

• Promoción de la responsabilidad compartida en el hogar y la familia.

• Conseguir la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor.

• Proteger los derechos laborales, así como asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública.